Templarios del Paraguay

JACQUES DE MOLAY 

Jacques Bernard de Molay nació en Molay (Franco Condado de Borgoña) entre 1245 y 1250 (aunque hay ciertas versiones que especifican que fue en el año 1243 y otros en el 1244, en la ciudad de Vitrey, departamento de Haute Sâone), hijo de Juan, Señor de Lonvy, heredero de Mathe y Señor de Rahon, gran población cerca de Dôle, de la cual dependían muchas otras, pero principalmente Molay, la que a su vez era una parroquia de la Diócesis de Besançon, en el Deanato de Nenblans. 

En 1265, en la ciudad de Beaune (Francia) entró en la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (más tarde llamados Caballeros del Templo de Salomón), conocidos comúnmente como Caballeros Templarios u Orden del Temple, recibiendo el Fraile Imbert de Perand, visitador de Francia y del Portu, en la capilla del Temple de la residencia de Beaune. 

En 1293, figura con el título de Gran Maestre tras la muerte de Thibaud Gaudin el 16 de abril de 1292. Así, se convirtió Jacques de Molay en el vigésimo tercer y último Gran maestre de la Orden del Temple. 

Un 18 de marzo de 1314, Jaques de Molay, Gran Maestre de la Orden del Temple, moría quemado en la hoguera. Unos años antes, en 1306, tras la expulsión de los judíos, el estado de la economía francesa rozaba la ruina. El rey Felipe IV había pedido varios préstamos a la Orden del Temple, que no podía devolver. Por este motivo hizo devaluar la moneda varias veces, ante el disgusto de sus súbditos. El monarca, desesperado, hizo correr la voz de que los templarios tenían un comportamiento poco cristiano, y junto con Guillaume de Nogaret, un personaje sin escrúpulos, y el confesor real, Guillem Imbert, urdieron un plan para destruir a la Orden y quedarse con sus bienes. 

En el año 1307, el papa Clemente V y Felipe IV ordenaron la detención de Jacques de Molay junto con la de los demás caballeros templarios bajo la acusación de sacrilegio contra la Santa Cruz. Molay declaró y reconoció, bajo tortura, los cargos que le habían imputado, aunque con posterioridad se retractó. A pesar de ello, en 1314 fue quemado vivo en la hoguera frente a la catedral de Notre Dame. Antes de expirar volvió a retractarse de forma pública de todas las acusaciones, proclamando la inocencia de la Orden y, según reza la leyenda, lanzando una maldición a los culpables de la conspiración, a los que emplazó ante el tribunal de Dios en el plazo de un año. 

¡Pagarás por la sangre de los inocentes, Felipe, rey blasfemo! ¡Y tú, Clemente, traidor a tu Iglesia! ¡Dios vengará nuestra muerte, y ambos estaréis muertos antes de un año!», proclamó antes de morir.

Efectivamente, poco después ésta supuesta maldición se cumplió, ya que el papa Clemente V falleció el 20 de abril de 1314 y el 29 de noviembre fallece Felipe IV, víctima de un accidente de caza. Finalmente, ese mismo año también murió envenenado el conspirador Guillaume de Nogaret.

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